Desde hace algún tiempo, la inclusión financiera se ha convertido en un tema de relevancia global. Pero, ¿qué significa exactamente estar incluido financieramente y por qué es tan importante para las nuevas generaciones?
Estar incluido financieramente es más que tener una cuenta bancaria o una tarjeta de crédito. Implica tener acceso y la capacidad de utilizar una variedad de servicios financieros formales que nos ayudan a gestionar nuestro dinero de manera efectiva y segura. Esto incluye la posibilidad de ahorrar, realizar pagos, invertir, obtener seguros y acceder a préstamos cuando sea necesario.
Y en lo que respecta a México, el Gobierno ha establecido la Política Nacional de Inclusión Financiera 2020-2024 (PNIC), con metas ambiciosas. Una de ellas, es que el 77.2% de las personas adultas tengan al menos un producto financiero y que el 85.3% utilice su cuenta para hacer pagos. Esto muestra la importancia que se le da a garantizar que cada individuo tenga las herramientas financieras necesarias para construir un futuro económico sólido.
Una parte fundamental de este esfuerzo de inclusión financiera se enfoca en los menores de edad. Esto tiene sentido, ya que enseñar a los jóvenes sobre el manejo del dinero desde una edad temprana puede establecer bases sólidas para su futuro financiero. Algunas de las estrategias implementadas incluyen promover la educación económico-financiera en las escuelas y permitir que los menores accedan a herramientas financieras específicas.
En México, los menores de edad ya pueden tener una cuenta de depósito bancaria a su nombre o asociada a sus padres o tutores desde 2020. También pueden tener una cuenta individual de Afore desde 2016, asociada a la del tutor. En abril de 2023, la Consar informó que había 94 mil cuentas de “Afore Niños”, lo que representa alrededor del 0.2% de la población menor de edad en México.
Además, existe la opción de una cuenta de inversión en Cetes llamada “Cetesdirecto niños” desde 2012, que no solo se limita a los hijos, sino que también puede ser utilizada para sobrinos, ahijados u otros menores. Hasta julio de 2023, se registraron 106 mil contratos activos de Cetes para personas de 0 a 17 años, lo que equivale al 0.3% de la población menor.
Sin embargo, una limitación importante es que, en general, los menores de edad en México no pueden acceder a una tarjeta de crédito, a pesar de que en algunos países esto ya es posible si los padres lo aprueban. Esta es una área de oportunidad para seguir fortaleciendo la inclusión financiera desde edades tempranas.
La importancia de permitir el acceso a servicios financieros a los jóvenes radica en varios aspectos. En primer lugar, las escuelas y los padres pueden complementar la educación financiera con la práctica real, enseñando conceptos como la administración, el ahorro y la responsabilidad financiera. En segundo lugar, el entorno controlado por el titular de la cuenta minimiza los errores financieros y promueve un aprendizaje seguro. Por último, fomenta la conversación sobre finanzas personales en el hogar, lo que es esencial para construir una sólida educación financiera.
Para lograr una inclusión financiera efectiva de las nuevas generaciones, debemos enfrentar algunos desafíos. Uno de los principales es recopilar estadísticas precisas sobre el acceso y el uso de servicios financieros por parte de los jóvenes.
Además, debemos crear un entorno propicio para que los menores utilicen estos instrumentos financieros de manera práctica, como la aceptación de pagos con tarjetas en escuelas o en el transporte. También es fundamental brindarles la oportunidad de diversificar sus inversiones y aprender sobre los riesgos y beneficios financieros desde una edad temprana.
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