En la actualidad, el uso de tecnologías digitales se ha vuelto parte integral de nuestra vida cotidiana en México. Estas tecnologías no solo nos proporcionan información, aprendizaje y entretenimiento, sino que también sirven como plataforma para el comercio digital. Sin embargo, a pesar de que el acceso a internet se ha incrementado en el país, es importante analizar quiénes realmente tienen acceso a estas tecnologías y cómo se distribuye su uso.
Uno de los factores determinantes es la situación socioeconómica de las personas. La ENDUTIH reveló que el 52% de las personas pertenecientes a un estrato socioeconómico bajo utilizan internet, en contraste con el 92% de las personas de un estrato alto. Esto evidencía que la brecha digital está fuertemente influenciada por desigualdades económicas.
Sin embargo, los datos de la ENDUTIH también revelan que el principal obstáculo para el uso de internet no es la falta de cobertura, sino la falta de conocimientos para utilizar estas nuevas tecnologías.
El 52% de las personas que no utilizaron internet en los últimos tres meses mencionaron como razón principal su falta de conocimiento sobre cómo utilizarlo, en comparación con el 13% que no tuvo acceso a internet. Esta situación es más pronunciada entre las mujeres, donde el 54% (equivalente a 8 millones) no han utilizado internet debido a la falta de habilidades digitales, mientras que la proporción entre los hombres se reduce al 49%.
La conclusión es clara: en México, la brecha digital no se debe a la falta de acceso o cobertura, sino a la desigualdad en las habilidades necesarias para aprovechar la tecnología.
Para cerrar esta brecha digital, es fundamental implementar políticas y programas que fomenten la alfabetización digital y promuevan la igualdad de género en el acceso y aprovechamiento de la tecnología. Estas medidas garantizarán que todas las personas tengan las mismas oportunidades de participar en la economía digital y en la sociedad del conocimiento. Además, es necesario vincular esta problemática con la educación financiera, ya que el conocimiento de las herramientas tecnológicas puede ser fundamental para el desarrollo de habilidades financieras y la inclusión en el mercado laboral.
Cerrar la brecha digital no solo permitirá un aumento en la participación en el mercado laboral, sino que también puede impulsar el desarrollo económico del país en su conjunto y crear una inclusión finaciera más asequible. Por lo tanto, es imprescindible garantizar no solo la conectividad, sino también el conocimiento y la habilidad para utilizarla adecuadamente, asegurando así que nadie quede rezagado en la era digital.
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