En muchos sentidos, los servicios financieros se han desarrollado en dos vertientes distintas: por un lado, el auge de la tecnología financiera, que ha permitido a un gran número de personas acceder fácilmente a créditos y seguros. Por otro lado, una parte considerable de la población mundial sigue sin estar bancarizada.
No solo hay acceso limitado en las partes más remotas del mundo, sino que también hay una ausencia de conocimientos financieros adecuados que estimulen la demanda de tales servicios.
Las últimas tendencias sugieren que la tecnología, la inclusión y la alfabetización financieras van de la mano, y los proveedores de Fintech están trabajando activamente para mejorar la educación financiera entre todos. Esto no solamente es clave para crear una base de clientes sostenible, sino que también ayuda a fortalecer a las sociedades e impulsar el desarrollo.
Algunos de los principales clientes de Fintech pertenecen a la población tradicionalmente no bancarizada. Esto se debe simplemente al hecho de que, sin acceso a los servicios bancarios, de crédito y de seguros habituales, los usuarios se están pasando a Internet para sus necesidades financieras.
Como resultado, ha surgido una cosecha masiva de proveedores Fintech para hacer frente a esta brecha. En algunos casos, incluso el Gobierno ha entrado en acción: por ejemplo, el sistema de pagos Unified Payments Interface (UPI) del Gobierno de la India, que centraliza el enrutamiento de fondos entre muchos bancos participantes.
Sin embargo, una parte significativa de la población no bancarizada carece de acceso a la educación formal. Esto significa que incluso cuando obtienen acceso financiero, su adopción está plagada de retos.
Las Fintech es un campo minado de estafas y actividades fraudulentas, más comúnmente vistas como campañas de phishing e ingeniería social. Los estafadores pueden atraer a los usuarios con la promesa de un crédito fácil, sin un conocimiento adecuado de la ciberdelincuencia o del correcto uso de los servicios financieros, es fácil caer presa de estas estafas.
Las empresas Fintech no suelen realizar la exhaustiva gama de pruebas para comprobar la solvencia como en un banco tradicional. Aunque esto permite rapidez y eficiencia, puede llevar a los usuarios a estirar su límite de crédito más allá de un umbral saludable. Sin una evaluación cuidadosa de la propia salud financiera y de la empresa Fintech en cuestión, los usuarios pueden verse perjudicados a largo plazo.
Por último, un obstáculo básico sin educación son los bajos niveles de adopción. A menos que los usuarios estén familiarizados con las interfaces móviles e informáticas, sean capaces de entender el lenguaje de una aplicación y de navegar por los mecanismos de consentimiento y de intercambio de datos, las plataformas Fintech no podrán adoptarse plenamente.
Por estas tres razones, la educación es un pilar clave para el éxito de las Fintech, razón por la cual varios proveedores de servicios financieros de la nueva era están invirtiendo en ella, como parte de su propuesta de valor principal.
Zoho, otro ejemplo, es un software al estilo de Duolingo que facilita y divierte la puesta en marcha de programas de educación financiera. Puede integrarse con sistemas bancarios para que los usuarios reciban una recompensa directamente en su monedero al completar una lección.
Otras soluciones, como el programa “Better Mama Better Pikin” del Access Bank de Nigeria, adoptan un enfoque más de base. El programa ejecuta campañas específicas ayudadas por agentes para promover la educación y la concienciación entre las mujeres.
Del mismo modo, ha aparecido otras aplicaciones como FamZoo que combina tarjetas de prepago para niños y adolescentes con educación financiera y MaTontine una plataforma Fintech para pequeños préstamos y microcréditos, que cuenta con una comunidad en línea para la educación y actualizaciones periódicas.
Gracias al potencial de ludificación de las aplicaciones Fintech, hay muchas oportunidades de interrelacionarlas con la educación y el aprendizaje. Una interfaz de usuario sencilla puede ayudar a los habitantes de regiones con bajo nivel de alfabetización a participar, y las plataformas pueden vincularse a incentivos reales para fomentar la adopción.
Recordemos que el acceso universal a los servicios financieros es crucial para el desarrollo social a gran escala. Las empresas de tecnología financiera se encuentran en una posición única para impulsar este cambio, con la ayuda de modalidades de educación financiera específicas y atractivas.
En última instancia, una mayor alfabetización financiera no hará sino crear una base de clientes nueva y altamente invertida para las futuras empresas Fintech.