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Alexis Nickin Gaxiola

Las finanzas integradas y el cambio de paradigma que representan

Como observador cercano de la evolución del ecosistema financiero digital puedo mencionar que una de las transformaciones más relevantes —y sin duda una de las más prometedoras— de los últimos años es el surgimiento y consolidación de las finanzas integradas.

 

Dicho concepto, aunque técnico en apariencia, representa una revolución silenciosa que está redefiniendo cómo interactuamos con el dinero en nuestra vida cotidiana.

 

Las finanzas integradas o embedded finance consisten en la incorporación de servicios financieros en plataformas no financieras. Es decir, la posibilidad de acceder a productos como créditos, seguros, métodos de pago o inversiones directamente desde aplicaciones que usamos a diario.

 

Desde mi experiencia como impulsor de soluciones Fintech, puedo afirmar que esta tendencia no solo está optimizando procesos, sino que está democratizando el acceso a los servicios financieros.

 

Un caso claro es el de Mercado Libre, que con su brazo financiero Mercado Pago, ha llevado soluciones de crédito, ahorro y cobro a millones de personas en América Latina que antes no contaban con una cuenta bancaria formal.

 

También vemos ejemplos en Uber, que permite a sus conductores recibir pagos diarios o incluso solicitar tarjetas de débito vinculadas.

 

Pero más allá de la conveniencia, lo verdaderamente emocionante de las finanzas integradas es su capacidad de generar inclusión. En sociedades donde la banca tradicional no ha logrado cubrir a todos los sectores, esta nueva modalidad representa una oportunidad única para cerrar brechas.

 

Según un informe de Bain & Company, se espera que el mercado global de finanzas integradas alcance los 7 billones de dólares para 2030, lo que evidencia no solo su crecimiento acelerado, sino el interés que está despertando entre empresas y entidades financieras.

 

Este fenómeno ha provocado que incluso los bancos más tradicionales comiencen a prestar mayor atención a las nuevas formas de distribución de sus productos.

 

Ya no basta con ofrecer productos desde un escritorio; hoy, el valor está en integrarse de manera orgánica en la vida digital del usuario. Y esto, sin duda, representa un cambio de paradigma.

 

Las finanzas integradas no son una moda pasajera; son el reflejo de un nuevo orden en el que la tecnología, la colaboración y el enfoque centrado en el usuario dictan las reglas.